JOSEP MARFÁ, EL TRAZO DINAMICO DEL COLOR

Una de las constantes temáticas de Marfá es la ciudad de Venecia. En su última exposición en la Obra Social de la Caixa de Catalunya, sala d’art Sant Jordi, hemos podido contemplar ,precisamente, una interesante serie de acuarelas del artista que muestra distintas “actitudes» de la conocida ciudad italiana. A través de sus acuarelas el pintor catalán realiza un repaso de las diferentes opciones pictóricas.

En las acuarelas de la plaza de San Marcos y algunas que exhiben las características sensuales de las calles estrechas venecianas donde el agua refleja con su ondulación permanente la luna o las flores de los balcones de las casas instaura una poética romántica evocadora de un entorno más humano.

En este contexto resalta la intensidad cromático matérica del color, presentando una composición asimétrica, expresando diferentes visiones desde ángulos muy diversos, dinamizando la estructura pictórica.

El dibujo es otra de sus opciones pictóricas, sobre todo porque una parte esencial de su abra pictórica concede una cierta importancia al mismo, mostrando una obra muy detallada, con predominio de las anécdotas y de los detalles en la composición, sobre todo cuando describe la arquitectura de los edificios singulares. En este tipo de obras el color está en un segundo plano y siempre en función de lo que se describe.

Otra de sus líneas de investigación se basa en presentar la combinación de estructuras formales geométricas con el dinamismo del color. Este tipo de obra ofrece una visión consolidada gracias a las formas geométricas, mientras que el color imprime un carácter más ágil a su creación.

La asimetría de la composición es otro de sus planteamientos . Es decir que presenta enfoques angulares y seccionados de las vistas de la ciudad italiana ,tradicionalmente captadas por otros pintores dentro de un rigor académico, estableciendo un equilibrio en base a la lámina de agua, que a veces ocupa las dos terceras partes de la superficie de la obra empezando por la parte inferior y, en otras ocasiones ,ocupa en diagonal más de la mitad de la composición, instalando las casas y edificios singulares a los lados o en la parte superior, al mismo tiempo que los muestra a través de los reflejos del agua.

En general Marfá es un pintor preocupado por el color, que íntegra dentro de la composición mediante una pincelada precisa y meticulosa, pero no excesivamente marcada, estructurando, en contrapartida, la obra por zonas, sin caer en la anécdota geométrica, sin buscar el equilibrio académico final.

En este sentido su creación pictórica, con el tiempo se vuelve cada vez menos descriptiva y detallista y más ágil y cinética, aunque no renuncia, en ningún momento, a la experimentación pura en todos los sentidos. Por esta causa muchos de sus cuadros parecen inacabados, como sí el color necesitase aun de una pincelada final.

Esta actitud creativa le confiere a la obra una sensación final de fugacidad y de captación de instantes diversos que definen cual es la actitud vitalista del propio artista.